viernes, 3 de septiembre de 2010

El hombre es el único animal que tropieza dos (tres, cuatro……… quinientas setenta y nueve mil veces) con la misma piedra.

Pues sí; parece menterio, pero he vuelto a pensar “¿el Word? ¡para qué! Si total, lo que tengo que escribir se hace rápido, no creo que se me pierda la información”. MEEEC. ERROR. Siempre se pierde la información. Da igual que sea un telegrama que la última página de las Santas (o no tan Santas) Escrituras. Ahí estaba yo, poniéndole todo mi empeño a un mensaje, del cuál no pensaba que fuese a alargarse tanto ni por asomo. Y en un momento de máxima emoción y sinceridad.. ¡zas! Todo perdido. Niente. Res. Kaputt.
En vez de cabrearme y tirar el ordenador por la ventana en un arrebato de pasión desenfrenada, no he podido más que pensar en “mea culpa” y asumir que soy tan gilipollas como el resto de la humanidad (pero solo por no escribir las cosas primero en Word, ¿eh? No se vayan ustedes a pensar que aquí todo el monte es orégano).
Sin embargo, en un momento de reflexión, me he dado cuenta de que esto de meter la pata una vez sí y otra también en el mismo asunto, pertenece al sino de la raza humana. ¿Cómo si no se explica que haya vuelto a explotar una plataforma petrolífera en el Golfo de México cinco meses y medio después del anterior accidente -el más grave de la historia de Iu Es Ei-? Y estos que se pensaban que lo tenían todo controlado… vamos, ya estaba ahí el Obama como Fraga en su día, con su bañadorcito, metiéndose en el mar para demostrar que esa agua no sólo es absolutamente apta para el baño, sino que si me apuras se podría usar en una pila bautismal. Yo sólo quiero saber que pasaba por sus mentes, tanto la de uno hace unos meses como la del otro hace ya años (aunque en el caso de Fraga parece que el agua tenía más propiedades revitalizantes que la piedra filosofal) mientras se zambullían ahí con sus mejores sonrisas (porque galas desde luego que no).
Bueno, que me lío. ¿A qué venía esto? ¡Ah, sí! A eso que empecé diciendo de los errores, el hombre y tal pascual.
Me llamó la atención ayer también el hecho de leer que The Rajoy Team vuelve a apoyar a Camps and Company a pesar de todos los nuevos indicios de corrupción. Lo voy a dejar ahí, en indicios, que no es plan de que ya en mi segundo post me ponga a despotricar a diestro y siniestro y vaya a herir la sensibilidad de alguien. ¿Qué el sumario alcanza ya unos 26 volúmenes (lo que vienen siendo 50.000 páginas) de “indicios”? Bueno, para algunos ETA sigue estando detrás del 11-M.
Pero en el fondo los ciudadanos de a pie somos los peores de todos, porque tropezamos sin parar con la misma piedra, una y otra vez, y mira que es grande y vistosa. Somos nosotros los que nos creemos a pies juntillas lo que nos cuentan los medios y sus genialidades, financiadas siempre por los políticos de turno, los cuales afirman rotundamente que no hay ni una micra de crudo tras la segunda explosión o declaran asertivod perlas como la del señor trajeado, que no entiende por qué nos preocupamos si el Gobierno de la Comunidad Valenciana es el más transparente, no sólo de España sino del mundo. Ahí os quedáis, neozelandeses y daneses, que Camps sí que sabe cómo manejar bien el cotarro.
Además, no sólo nos creemos todas las mentiras, sino que no escribimos mensajes kilométricos en el Word porque sabemos que nunca jamás de los jamases se nos va a actualizar la página y nos va a dejar con cara te idiotas en frente de la pantalla. Cagüenlamar…